EL HORNO MICROONDAS
El microondas, descubierto por casualidad en los años
cuarenta del siglo pasado por un investigador de una empresa de electrónica
militar dedicada a fabricar radares, lleva décadas utilizándose en las cocinas.
En aquel entonces se descubrió que el magnetrón, el aparato interno
de los actuales microondas, era capaz de transmitir energía a las moléculas de
una chocolatina que un experto llevaba en el bolsillo, calentándose.
Existen algunos mitos entorno al microondas y sus
efectos sobre la salud, falsas creencias debidas, en parte, a
una lectura errónea de los efectos de las radiaciones de estos
electrodomésticos. El término microondas ha generado mucha controversia sobre
la inocuidad de este electrodoméstico, y el desconocimiento sobre cómo funciona
ha favorecido la aparición de confusiones sobre sus hipotéticos riesgos: que si
las ondas son radioactivas, que los alimentos se vuelven cancerígenos, etc.
Cómo funciona un microondas
Los hornos microondas se usan para calentar o
descongelar la comida. Estos electrodomésticos, que cocinan los alimentos en
mucho menos tiempo que un horno convencional, usan un tipo de radiación
electromagnética con una longitud de onda de centímetros, que excitan
las moléculas polares que contienen los alimentos. Estos se calientan porque
contienen agua, una molécula polar que vibra con facilidad.
Las ondas son similares a las que usa la radio
o la tele, pero de frecuencia superior (unos 2,5 GHz). El agua de los
alimentos absorbe la energía de estas ondas, que se transmite en forma de
calor, a través del choque entre partículas, al resto de sustancias que
contienen los alimentos. El empuje que dan las microondas es muy rápido, de
centenas de veces por segundo, y las moléculas excitadas no son más que
moléculas calientes.
El hecho de que el agua sea polar -tiene
cargas positivas y negativas- significa que se calienta, y ello explica también
que no todo se caliente en el microondas: si ponemos una bandeja de icopor veremos que este no se calienta, y esto es así
porque no es polar.
Por qué los microondas son seguros
Es importante diferenciar entre radiaciones
ionizantes y radiaciones no ionizantes. Las primeras, que no son las que
emiten los microondas, son radiaciones electromagnéticas que pueden romper
enlaces químicos y dañar células. Proceden de materiales radioactivos, de los
conocidos rayos X o radiación ultravioleta de alta frecuencia, y pueden ser
nocivas.
Las radiaciones que emiten los microondas son no
ionizantes, que no son peligrosas. Las ondas de los microondas,
como se ha explicado, calientan, no ionizan. Tampoco destruyen nutrientes
porque las ondas no rompen enlaces químicos de los alimentos ni dañan sus
células, y porque la temperatura máxima que se consigue es de unos 100ºC, mucho
menor que la de otros métodos como la plancha o la fritura. Por tanto, hay
menos pérdida de vitaminas.
La naturaleza de las reacciones químicas que se
producen es igual a la de los calentamientos convencionales. Según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), los niveles de campos de radiofrecuencia a
los que están expuestas las personas son mucho menores que los necesarios para
producir un calentamiento significativo.
La organización asegura que no se han
confirmado efectos adversos para la salud debidos a la exposición a
largo plazo a campos de baja intensidad de frecuencia de radio o de frecuencia
de red, aunque se continúan los estudios en este campo para determinar posibles
riesgos.
Las 8 reglas de oro para usar el
microondas
Utilizar el microondas para cocinar no conlleva
riesgos, siempre que se use de forma adecuada y se haga un uso
responsable, igual que ocurre con otros métodos de cocción, como los
fogones o el horno. Si sabemos cómo utilizarlo, el microondas es tan seguro
como cualquier otro electrodoméstico. Estas son las 8 reglas de oro para usar
el microondas:
1. Utilizar siempre recipientes
aptos para microondas. Los plásticos aptos para microondas tienen que
indicar que lo son, mediante una leyenda o un símbolo.
2. No superar los tiempos
de cocción que recomienda el fabricante porque podrían sobrecalentar
los los alimentos.
3. Ajustar bien los
tiempos de cocción para evitar la pérdida de nutrientes, textura y
sabor. Si se sobrepasa el tiempo se pueden perder vitaminas y alterar algunos
de sus componentes, como las proteínas.
4. Uno de los problemas
de los microondas es que no penetran bien en las piezas más grandes, lo que
provoca una cocción desigual del alimento y, por tanto, mayor riesgo si no se
eliminan posibles microorganismos patógenos. Se pondrán piezas pequeñas y
similares para una cocción homogénea.
5. Los alimentos más
apropiados son los que tienen un alto contenido en agua, como
pescado o verduras.
6. Es recomendable mezclar
los alimentos a media cocción.
7. Las grasas necesitan
más atención porque absorben más temperatura y más de prisa.
No deben colocarse en el centro del plato giratorio para controlar mejor la
cocción.
8. El tiempo de cocción
aumenta con la cantidad de comida. Para el doble de alimentos, se calcula el
doble de tiempo menos uno o dos minutos.